jueves, 10 de mayo de 2012

El Periodismo en la Ruta de la Innovación.

INJOLATAM:
EL PERIODISMO EN LA RUTA DE LA INNOVACIÓN.
Nuevas formas e ideas en las comunicaciones.
Por: Francisca Guzmán B. 


En diferentes lugares del mundo se han generado grupos de estudio de una estrategia periodística que busca hacer de los proyectos de innovación, una rama completamente nueva del periodismo. Injo (¿Qué es InJo?)es la idea que sugiere que se generen canales de comunicación abierta entre los distintos actores de la innovación científica. 


La palabra que le otorga el nombre a esta especie de teoría comunicacional, se originó en 2001 en Suecia con el fin de impulsar la investigación periodística sobre innovación en aquél país.  
Posteriormente, el año 2003, en Stanford se volvió a utilizar este término para nombrar el primer programa de periodismo de innovación. 


Injo plantea la existencia de una red de Ecosistemas de innovación, distintas dimensiones en que interactúan cada uno de los agentes relacionados. En este sentido, podemos explicar que esta "escuela" identifica a la opinión pública como el elemento principal de interacción en las discusiones sobre innovación. 


El resto de los protagonistas son aquellos que planifican, los científicos, y quienes pueden poner las ideas en marcha, como el sector político y los que manejan el poder económico. Injo pretende ser la herramienta que medie las interacciones entre la política y la discusión pública. 


Por otra parte, se cree que es un factor generador de opciones y posibilidades a temas tan alejados el uno del otro desde el punto de vista político como lo son las fuentes de trabajo y la innovación, y que ambos elementos puedan cubrirse entre ellos. 


Esta rama del periodismo busca unificar temas poco cubiertos, tanto por la política como por los medios tradicionales, poner en la palestra para la discusión de todos, lo que a todos nos interesa, e instar a los que tienen esas responsabilidades a interactuar con las opiniones de los diversos ecosistemas.


Para latinoamérica existe el sitio web www.injolatam.org, sitio que busca difundir y potenciar esta rama y estudios contingentes a nuestro idioma y locación.  Esta página te explica su misión, y te linkea hacia sus publicaciones más recientes, con todas las opciones para compartir el contenido. 


Injo un término desglosable en dos; "In" que proviene de "innovation", y "jo" relativo a "journalism". En otras palabras: Periodismo de Innovación. 


Las formas de comunicarse han cambiado. La forma de consumir información también. El público está más grande, con más hambre. Las innovaciones son inevitables, casi siguen su curso natural, pero dentro de todo proceso de creación, evitar el caos en un mundo de contenidos es necesario, y aún más encausar las ideas y la prestancia al futuro. 


http://injolatam.org/

injolatam@gmail.com por si quieres involucrarte, preguntar, aportar...



jueves, 3 de mayo de 2012

GPS 2012 EN CHILE











El encuentro anual de prensa organizado por Google, más conocido como Google Press Summit, tendrá este año como sede a Santiago.


En Chile la industria de la telefonía móvil ha crecido un 12,4% por año, los últimos cinco. Existen más de 21 millones de aparatos, lo que puede ser traducido en 1,4 celulares por persona.

Gracias a estos datos, Chile es el número uno a nivel latinoamericano, y ocupa el puesto 38 del ranking de Índice Global de Innovación. 


El objetivo de este encuentro es analizar el futuro de internet y las tecnologías, como está tan de moda. Motivo para el que se reúnen representantes de distintas empresas y expertos tecnológicos para compartir sus experiencias y tomar en cuenta las de los demás.


Este tipo de convocatorias se ha hecho frecuente frente a la incertidumbre sobre el rol de los medios y las nuevas plataformas.


Hace aproximadamente una década que es un tema latente, y que en todos esos años no ha logrado esclarecerse con la seguridad que se busca.


Algunas respuestas más esclarecedoras provienen del sur del continente. Roberto Igarza lo entendió hace mucho tiempo, asumiendo que las tecnologías no avanzan solas, si no que van de la mano, e incluso un paso atrás, de las necesidades manifiestas de los usuarios, consumidores y sus estilos de vida.


Prosumer, protransumer, usuario nativo o inmigrante digital, son términos que tratan de encasillar las nuevas formas de consumir, y por lo tanto, las necesidades que las tecnologías y los medios deben llenar.


Este 2 y 3 de mayo personas idóneas para generar cambios se reunirán en Chile para buscar esa quinta pata que falta. Se presentará gran parte del Staff de Google para latinoamérica, incluída su directora Adriana Noreña.


http://www.gps5.cl/


martes, 31 de enero de 2012

Quiero mi medicina, AHORA!!!





EN BUSCA DEL RECONOCIMIENTO DE LAS CUALIDADES MEDICINALES DE LA YERBA.
La fantasía californiana puesta a prueba en Chile.
Por Francisca Guzmán
La primera vez que tuve noción sobre el uso terapéutico de la marihuana tenía trece años.Mi mamá se llamaba María Verónica, y luchó ocho largos años contra la Esclerosis Lateral. Todas las tardes tomaba infusiones de cannabis. El año 2006 la Vero nos dejó, y cinco años más tarde se me encomendó la misión de visitar a mi hermana mayor en L.A., dentro del Estado de California, donde el cultivo y consumo de marihuana medicinal es permitido y regulado. 

Particularmente por mi Escoliosis tengo dolores permanentes de espalda,y quería aclarar mis dudas en cuanto a si la marihuana, natural y poco adictiva, podría salvarme de convertirme en una yonqui de los analgésicos. En mi familia acostumbran a solucionar todo con fármacos. Los dolores, el insomnio, la rebeldía, le pena...

Fui al  Doc, y me confirmó que la cannabis podría ser efectiva para aplacar mis males, y me extendió un certificado en el que me validaba legalmente, dentro del Estado de California, para consumir, cultivar, portar y comprar la yerba. Precio justo, calidad garantizada, y sin abusos o delincuentes de por medio.

En nuestro país, quien la consuma siempre será calificado de antisocial. Quise saber los alcances que ese papel podría tener en Chile, y si realmente sería discriminada o simplemente ignorada. Para qué dejar que me lo cuenten. Qué mejor que un paseo por algunas de las instituciones con las facultades para pronunciarse frente a mi petición de revalidar mi certificado médico gringo.

La primera parada fue el Ministerio de Salud, en la sección de atención al público general. No pude obtener respuesta de nadie más que de la señorita del mesón frente a la entrada. Sentenció que ellos (Ministerio de Salud), no tenían nada que ver con eso, pues yo le exliqué que quería saber a quién dirijirme para hacer una solicitud de revalidación de mi prescripción de marihuana medicinal extendida en California. Frente a mi insistencia me dijo que fuese a la Superintendencia y me dió la dirección, pues no podía hacer nada por mí.

No sé si habrá pensado que la estaba jodiendo o que yo estaba loca, pero claramente quiso deshacerse de mí en cuanto comencé a explicarle el por qué estaba yo ahí. Supongo que le disgustó mi causa, por que no me explico qué otra razón pudo haber tenido para mandarme a un lugar que no tiene nada que ver con lo que yo andaba buscando.

Irónicamente, en la Superintendencia de Salud, lugar que no tenía relación con lo que yo buscaba, me recibieron mucho mejor. Estilo ejecutivo, me hicieron pasar a un cubículo, donde quien me recibió se mostró con disposición a escucharme y tratar de darme alguna respuesta. La señora Isabel me confirmó que estaba en el lugar equivocado pues ese tipo de preguntas, se hacían en el Ministerio, lugar donde prácticamente me  invitaron a retirarme y no hacerles perder el tiempo.

Hasta ese momento, las instancias de un ciudadano común resultaron infértiles, probablemente por actitudes personales que por protocolos o políticas gubernamentales.

Fui al consultorio Dr. Hernán Alessandri de calle Los Jesuitas, en Providencia. Cuando le conté a la señorita del mesón central lo que quería, su cara cambió. La señora Gloria trató de entender lo que yo le pedía. Me ofreció conversar con un doctor para que aclarara mis dudas, que realmente creo ella no entendió. Me preguntó si estaba inscrita en el consultrio y ante mi negativa se dispuso a hacerme una ficha transitoria. Cuando le dije mi dirección, el diálogo concluyó, todo por cien metros de distancia que situaban mi residencia en Las Condes, y no en Providencia. La esperanza de una respuesta más real, se quedó en mi comuna. El sol y la negativa me hicieron desistir, y bajé los brazos hasta el día siguiente.

Al dia siguiente llegué al Instituto de Salud Pública. Entré a la oficina de informaciones donde la señorita Valeria me atendió. (Al fin una buena cara). Notó mi incomodidad y su actitud fue muy comprensiva. También me dijo que el Ministerio de Salud era el lugar donde tenían que hacerse cargo. Le preguntó a su compañero Yerko, quien se acercó con una expresión severa al principio,  y fue tajante con que la marihuana en todo sentido era completamente ilegal. Luego se interesó más en mí, y en mi problema médico. Me preguntó si tomaba analgésicos, a lo cual respondí que no. Me preguntó si me dolía mucho la espalda. En ese momento pude sentir compasión de parte de aquellos funcionarios. Me dijo que existían fármacos con el compuesto activo de la marihuana, pero que Lamentablemente en nuestro país también estaban prohibidos. Me ayudó a llenar un formulario on line con mi solicitud para que me hicieran llegar una respuesta más Oficial, y me desearon suerte. Hasta entonces, fueron los únicos que no le tuvieron miedo al tema, y me dieron una respuesta digna, pero nada más podían hacer por mí.

Para agotar mis opciones, fui a otro consultorio. Éste era el Centro de Salud Familiar Dr. Aníbal Ariztía, en calle Paul Harris. Le conté a la señora del mesón central que buscaba información sobre cómo validar un tratamiento médico prescrito en el extranjero, y me envió a hablar con la asistente social. Su nombre era Susana Salazar. Primero, se sintió invadida por la presencia de una cámara fotográfica. Luego me permitió explicarle mi caso. Seguía molesta por las fotos, asique su predisposición a conversar lo demás tampoco era la mejor. No me dijo nada que no supiera. Que en Chile estaba prohibido su cultivo y consumo, omitiendo por completo la pequeña posibilidad a interpretación que deja la ley respecto al uso médico, por lo tanto ellos nunca lo resetarían, ni tenían las facultades para conseguir alguna consideración.

Seguía molesta, se notaba. Luego se levantó y fue a consultarle a la Directora del consultorio. Su respuesta, prohibición por todos lados. Lo llamativo fue el tono casi amenazante con que luego me dijo que según la Directora, existe un fallo del año 2011 que prohíbe el uso medicinal absolutamente. Claro está, cada fallo corresponde a un caso específico y determinado, por lo que su generalización no me valía de nada. Terminó diciendo, con un tono al estilo Corleone, que ellos no podían autorizar nada, y que tenía que dejar ese asunto hasta ahí y no rebuscar más.

Miedo, prejuicios, mala onda. Ni siquiera las instituciones te coartan de intentarlo, sino el prejuicio de sus funcionarios como individuos y no como roles públicos. No conseguí nada. Búsqueda infértil, o tal vez falta de un interlocutor con facultad y valor. Si hasta la misma Constitución deja un margen de duda e interpretación. Las necesidades de las diversas secciones de la sociedad deben verse reflejadas en sus leyes, lo cual aquí no pasa. La mentalidad de la sociedad avanza pero las leyes no, menos las instituciones. Orgullosamente defiendo mi autonomía para escojer lo que es mejor para mí. Y lo mejor para mí, es lo que me han querido negar. El arcaísmo nunca nos ha impedido nada, ni nunca lo hará. Y como mi mamá me dijo una vez, mejor es pedir disculpas que pedir permiso. Asi que permiso, me preparo para pedir disculpas, luego de éste...






sábado, 16 de abril de 2011

Lo que sintió Y.D.P.

"Corrí hacia las rocas, pensando que él lo sabría.
Pensé que él sabría que corrí lejos, huyendo.
Corrí durante todo el día hasta que la ausencia del sol me distrajo.
Mis sentidos estaban confundidos, pues mi mente huyó más lejos.
El agua fluía a mi lado en dirección a no sé dónde.
Que ganas de rezumar junto al río.
Cavilé, el no sabía que huí lejos.
Nadie sabía que yo ya no estaba donde siempre.
No encarnaba mi adusto espacio.
Y no lo encarnaba porque no estaba ahí.
Estaba huyendo. Quería correr.
No ví a nadie corriendo detrás de mí.
Entonces quise que me siguiera.
Pero huí, y él no sabía que yo corría".
Y.D.P.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA EMPATÍA DE LO ORGÁNICO

Los ritmos modernos de vida y los daños inminentes al medioambiente han hecho que nos replanteemos nuestra forma de vivir. Está de moda en el mundo buscar todo tipo de alternativas amigables con el planeta. Una manifestación de ese deseo es la demanda de una alimentación saludable para las personas, y de procesos en el manejo de éstos insumos, que sea sustentable y renovable.

La explotación indiscriminada de recursos naturales ha generado que se busquen alternativas para frenar el daño ecológico. Una de estas opciones con las que hoy en día se cuenta, es la producción de alimentos orgánicos de todo tipo. Pero es fundamental que la población esté correctamente informada para que pueda optar, con real conocimiento de causa, por lo que más le convenga. 

Los productos biológicos poseen muchas bondades, pero también están inmersos en procesos de producción que podrían dejar ver que, si bien brillan como el oro, no lo son totalmente.
Lo que se llama comida “orgánica” corresponde, en el caso de frutas y vegetales, a todos aquellos que no contienen sustancias artificiales ni químicos sintéticos que son utilizados en las producciones agrícolas industrializadas, tales como pesticidas, herbicidas, saborizantes, fungicidas, colorantes y saborizantes. Incluso la tierra donde son cosechados tampoco es intervenida con ningún producto químico. En el caso de las carnes, las vacas, pollos, por ejemplo, han sido alimentados con granos 100%  natural, no han sido intervenidos en su genética ni tampoco, al igual que en el caso de vegetales y frutas, sus procesos han sido acelerados de ninguna forma.
Las personas que consumen estos alimentos componen una pequeña cantidad, ya que por su precio, que puede llegar a ser tres veces superior a lo normal, mantiene a la gran cantidad de la población alejada de ellos. 

Su precio, aparentemente, se explica porque estos productos se generan a muy baja escala, y son pocos quienes se dedican a esto.
Primero que todo, miramos este tema desde un modo macro. Consultamos al sociólogo de la Universidad Diego Portales, Felipe Cárdenas,  si esta diversificación de las posibilidades alimenticias podría ser significante a nivel social. Nos explica que, suponiendo que su valor comercial se eleve por sobre los productos estándar debido a que los costos de producción también lo sean, sólo los individuos que tienen los medios necesarios pueden acceder a ellos.
-Si las personas siempre nos hemos alimentado con las comidas convencionales, es decir no orgánicas, ¿qué problemas a nivel social podría producirse por la aparición de este nuevo bien de consumo?
-“No sé si habría un problema, puede que sí, puede que no. El tema es que la comida más saludable va a poder ser única y exclusivamente accesible para las personas que tienen más recursos. Las grasas saturadas, las comidas de menor calidad, o las que tienen más transgénicos y químicos, repercuten en tu físico. Se puede producir enfermedades. Las personas que tienen más recursos podrán escapar un poco de eso, y las personas con menores recursos no, teniendo como única opción la comida de menor calidad, suponiendo una relación de precio-calidad.  La comida es un bien necesario para subsistir. Podría meterse el Estado a decir “Nosotros queremos que los habitantes de este Estado se alimenten todos de una forma más saludable”, pero finalmente está en manos del mercado y no del Estado. Por eso se produce esa desigualdad”. 

LA VERDADES Y NO TAN VERDADES

El precio de la comida orgánica se debe a los cuidadosos detalles en el proceso de elaboración o cultivo. Este trabajo, calificado por algunos agricultores como obra de artesanía, puede tener un valor aumentando en 25 por ciento en relación con la comida no orgánica o convencional. A pesar de esto, la tendencia al consumo de comida más sana a nivel mundial también está presente en Chile. En producciones de distinto tipo se emplean alrededor de cuarenta mil hectáreas.
Según un estudio realizado por Denis Lairon, de la Universidad de Aix-Marseille el 2009, los alimentos orgánicos tienen mayor materia seca y minerales como el hierro, importante para el metabolismo humano, y el magnesio que actúa para el buen funcionamiento del sistema nervioso. También arrojó que están compuestos de mayor cantidad de polyfenoles, que son compuestos antioxidantes. Se comprobó además, que los productos orgánicos de origen animal contienen menores índices de grasas polisaturadas.

El mismo estudio, por otra parte, estimó que las diferencias respecto a los alimentos convencionales, en cuanto a proteínas y vitaminas, no eran significativos, ya que no se pudo llegar a las evidencias suficientes para estimar una disimilitud considerable. 

Se sabe que la comida orgánica no utiliza productos químicos, que no utiliza pesticidas. Pero lo que no se dice es que las enfermedades típicas de las plantas deben ser tratadas de todas formas. En este tipo de agricultura se utilizan pesticidas orgánicos. Los fertilizantes y pesticidas  químicos se reemplazan por productos naturales que cumplen la misma función. Esto es caro y también tiene un impacto en el medio ambiente. Un ejemplo es el uso soluciones de cobre para tratamientos de hongos, que es natural. Este elemento no es biodegradable como los productos tradicionales, por lo tanto queda en el suelo, lo que se puede volver altamente tóxico. 

El pesticida orgánico Rotenona puede llegar a ser altamente tóxico para el sistema neurológico de las personas, y se le ha relacionado con la enfermedad de Parkinson, la que según la medicina, tiene sólo un 5% de componente genético, y todo el resto se atribuye a agentes externos, como los ambientales. 

Los pesticidas son persistentes, resistentes a la degradación biológica y poco solubles al agua. Se adhieren a los tejidos de las plantas y se acumulan en los suelos, fondos de estanques, corrientes de agua y en el ambiente en general.

La investigación de Francisco Pan-Montojo Puga en la Universidad Politécnica de Dresde, en Alemania, certifica la relación entre el pesticida y el daño neurológico. Especificando que los afectos comienzan a nivel intestinal, y luego se propaga hasta llegar al cerebro.  

Pesticida natural o no, de todas formas, seguimos consumiendo estos alimentos como siempre lo hemos hecho, y no hay señales de lo contrario. Sabemos cómo es producida la comida que consumimos y lo seguimos haciendo. Ahora recién comienza a haber acciones concretas por parte de los consumidores, y esa inquietud, aunque a muy baja escala, se refleja en el consumo de alimentos orgánicos, los que no están completamente exentos de polémicas.

Patricia Koller es nutricionista de la UNAB. Nos explicó que los principales efectos perjudiciales provenientes de los procesos de los alimentos tradicionales, pueden afectar la calidad de los alimentos, ya sea por el grado en que se le agreguen preservantes, colorantes, y saborizantes, y los principales efectos que causarán en las personas será la aparición de radicales libres ya que el cuerpo no reconoce estas sustancias como “normales” en la alimentación.

Los radicales libres son átomos reactivos, que recorren nuestro cuerpo en busca de moléculas estables para robarles electrones. Nuestro propio cuerpo los produce a una escala que sea controlable por sí mismo. Cuando nuestro cuerpo tiene un exceso de radicales durante años, producto de la contaminación atmosférica, el humo del cigarrillo, o exposición a pesticidas, se produce un gran daño a las membranas y moléculas celulares, que finalmente se produce una aceleración del envejecimiento y degeneración de las células de nuestro cuerpo.

Para la nutricionista, claramente la comida orgánica posee una mayor biodisponibilidad de vitaminas y minerales que la comida tradicional, ya que los aditivos agregados a ésta última, modifican en gran parte el valor nutricional, ya sea por eliminación de los nutrientes, o por la modificación química que sufren.

Cuando le preguntamos si la diferencia de efectos de los dos tipos de alimentos se podían medir en el organismo nos dice que no. “. Cuando nos damos cuenta de los efectos que producen los alimentos procesados en nuestra salud es muy tarde. No hay seguridad de que los alimentos procesados  modifiquen la respuesta inmune en el organismo. Lo que sí se sabe, es que todo alimento que el cuerpo reconozca como extraño, producirá radicales libres, los que posteriormente deberían ser neutralizados con antioxidantes como vitamina C, E. Sin embargo no existe un examen que de por sí identifique los cambios producidos en el organismo con la comida orgánica”.

LA NOVEDAD RELATIVA

Alejandra García es dueña de uno de los 50 locales de Santiago donde se cocina con comida orgánica, incluyendo restaurantes. Ubicado en Augusto Leguía con Presidente Riesco, el café orgánico Vop, se especializa en la pastelería. Además de vender frutas y verduras, también vende aceite, vinagre, té, café, mermelada, huevos, y shampoo; todos productos biológicos, como también se le llama a lo orgánico. 

-“El concepto de mi café nació de la idea de hacer algo natural y más apegado a lo antiguo. Lo orgánico suena moderno, pero es más bien tradicional, como lo que viví toda mi vida en el campo, o como podría haber sido hace cincuenta años atrás. Hoy día el concepto de lo orgánico parece novedoso, pero para mí ha existido siempre. Para mí lo moderno es la comida en tarro, o Mc Donalds...” comentó Alejandra.

En lo que nos dice García podemos encontrar verdad. Siglos atrás, desde su comienzo, la agricultura ha sido orgánica. Sólo cuando comenzaron a aparecer las industrias y las grandes compañías es cuando la comida dejó de ser cien por ciento natural, en el afán de elevar las escalas de producción, y por lo tanto, las ganancias. Se comenzó a usar pesticidas y abonos químicos, y las semillas comenzaron a ser manipuladas genéticamente.

Como dice la dueña del café Vop, lo moderno es alterar los alimentos para cubrir las demandas de una población en aumento constante, y que lo que hoy se ve como una nueva tendencia, en el fondo ha sido la forma original, y antigua, de producir.

LEY 20.089

El consumo de alimentos orgánicos proviene de una tendencia mundial en la que las personas demandan un desarrollo sustentable, una agricultura que sea amigable con el medio ambiente y que genera comida saludable para las personas.

A partir de esta premisa, desde el 2007 existe en Chile el Sistema Nacional de Certificación de Productos Orgánicos Agrícolas, cuyo objetivo es regular la producción, elaboración, etiquetado y comercialización de los productos orgánicos en Chile. 

Esta ley establece todos los puntos necesarios de abarcar a la hora de rotular un producto como “orgánico”. El suelo, por ejemplo, debe ser preparado con al menos un año de anterioridad para poder plantar. El origen de las semillas debe ser al igual que el suelo, orgánico. El riego debe asegurar que no será un factor de erosión de suelo, y se debe asegurar su uso responsable y sustentable. 

Un predio para cultivo orgánico debe estar correctamente aislado, asegurando que el terreno no se contaminará con residuos de cultivos o producciones ganaderas cercanas. Debe protegerse de la contaminación del agua de regadío, ya que perfectamente, como se da en comunidades agrícolas donde los canales son de uso común, podrían arrastrarse elementos químicos que perjudiquen los cultivos.

El manejo de la fertilidad del suelo, se hace a base de productos generados con los mismos productos orgánicos que se producen, la mayor parte del tiempo, a base de vegetales, aunque también se utilizan agentes como el cobre o el azufre. 

De acuerdo a esta ley, se debe privilegiar a las especies y variedades adaptadas al sector donde se cultiva, especialmente aquellas locales o resistentes. Además se debe cumplir con un programa de rotación de cultivos y épocas de siembra. Esto se debe a que así se protege al suelo de la erosión y de volverse resistente a las plagas, por ejemplo, además de favorecer a las especies de acuerdo a las condiciones climáticas adecuadas para su cultivo.

EL GANADO

Existen estudios que pretenden desestimar las bondades de todo aquello orgánico. Life Cycle Assessments, asociación patrocinada por el Departamento
del Medio Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales del Reino Unido, a través de su investigación, determinó que “Las vacas criadas orgánicamente eructan dos veces más metano que el ganado convencional, siendo éste un gas de invernadero 20 veces más poderoso que el CO2  {…} un kilo de res orgánica libera doce por ciento más GHG (gases de efecto invernadero), provocando el doble de contaminación por nutrientes y más lluvia ácida.”

Francisco Hott, Ingeniero agrónomo de la Universidad Católica, nos respondió que “Es cierto que el metano es mucho mas contamínate que el CO2, y es cierto que la industria de las carnes (tanto blancas como rojas, en especial los vacunos) son los mayores productores de metano, aun así el mayor contribuyente a la huella de carbono de cualquier producto es el transporte, por lo cual es más importante la cadena de distribución que el tipo de producción en sí, además la capacidad contaminante de el metano está por su capacidad de retención de calor y no tiene incidencia sobre la lluvia ácida”.

Se tiene también la idea de que el ganado orgánico requiere de más suelo que el convencional, para alcanzar una producción menor a la convencional. Holt nos explicó que esto no necesariamente sucede así, y que va a depender mucho del tipo de suelo en que se trabaje y sus requerimientos de fertilización. Y respecto a la contaminación, dice Holt, que la principal manera en que los animales pueden contaminar es mediante sus fecas, independiente de si es una producción orgánica o no.

La principal manera en que los animales pueden contaminar un curso de agua es mediante sus fecas, independiente de si es una producción orgánica o no. El ganado rumiante (vacunos, ovinos y caprinos principalmente) tienen mayores emisiones de metano debido a su metabolismo.

Cabe agregar que, los cultivos orgánicos requieren de una mayor cantidad de mano de obra. Esa es una de las características que inciden en su precio. También se cree que este tipo de cultivo requiere un mayor consumo de combustibles, lo que se vería reflejado en la contaminación atmosférica, pero finalmente va a depender del tipo de cultivo.

El uso de combustibles puede ser más intenso en ciertos tipos orgánicos, como por ejemplo, un barbecho (tierra que no se siembra durante uno o varios ciclos vegetativos, con el propósito de recuperar y almacenar materia orgánica y humedad) mecánico es más intensivo que uno químico, pero si el primero está bien hecho puede evitar posteriores pasadas de rastra, por lo que en ese sentido sería finalmente más económico que en el uso de los combustibles, pero no por ser orgánico, sino más bien por las opciones que prefiera el productor.

Finalmente, la idea de la comida orgánica es de muy buena fé, y está solo en manos de los productores el que se pueda sacar todo el provecho posible a los recursos naturales. Existen mitos, pero por sobre todo verdades. El hecho de que el Estado reconozca la importancia de estos bienes de consumo de primera necesidad es un gran paso. Pero también es necesario que los consumidores estén bien informados, porque pueden tener una concepción un poco distinta de lo que conllevan la agricultura y ganadería orgánicas. Preferirlas es un avance, pero es necesario un mayor compromiso por parte de los productores para que no existan brechas tan grandes respecto a la calidad y sanidad de lo que consumimos. La comida orgánica no hace maravillas, pero sí nos permite saber como pudieron haber sido las maravillas gustativas antes de la aparición de las grandes industrias y el deseo frenético de exprimir hasta el último grano de tierra.