sábado, 25 de septiembre de 2010

Te dicen, lo piensas, lo niegas...

Nunca sentí las palabras tan ineficientes como hasta ahora. Nunca significaron tan poco como hoy. He buscado distintos fonemas para tratar de explicar lo que en mí significas. La justicia creo que ya sólo se aplica a jurisdicciones, no al ser humano. 


Hoy sin querer, tomé un paso adelante ante un público insensible, indolente. Me expuse sin notarlo al veredicto de personas que al abrir su boca se distanciaron leguas de lo que yo consideraría influencias deseables. 


Hoy sentí rabia, pero también sentí más amor que nunca. Quisieron hacerme sentir tan equivocada, que sólo lograron convencerme más de que no debo escucharlos. 


He sido el mundo. He sentido la derrota al no cumplir las metas diarias que me impuse queriendo ser algo que no soy. Sentí la dicha que otorga el no ceder ante las presiones por las que muchas veces pasamos sin siquiera darnos cuenta. Tuve vergüenza por las facetas que adquieren aquellos por quienes nos dejamos representar para facilitarnos la vida.


Hoy sentí. Pasé por tantos estados que me recordaron lo que es la vida. Una sola unidad reutilizada, renovada y transformada, pero jamás destruida. Un movimiento constante.


Sentí el mundo, entre otras sensaciones que prefiero no describir, porque sólo lo sabemos tu y yo. Ese "tu y yo" fue lo que no se fue con el resto de lo que sentí del mundo. 


Qué más puedo decir, como una utopía del cartero fiel, PREVALECES a pesar de los malos pronósticos. Tal vez no seas tú quien permanece estoico, tal vez sea mi imaginación la que transforma las señales que emanas, pero que importa, cuando una idea te hace feliz, es sólo eso, eres feliz. 





viernes, 10 de septiembre de 2010

"Y sabrás como quieren en Chile..."


En 1942, Chito Faró compuso un vals llamado “Si vas para Chile”. Para muchos, es odioso, añejo, molesto y hasta cursi, sin embargo, y pese a tantos sentimientos que años de escucharla nos generan, desde que se creó ha sido un himno representativo de la añoranza de nuestro país para quienes lo llevan en la memoria y se encuentran lejos de él.

Para los más críticos, la frase “verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero” es un cliché absoluto, pero para quienes lo han vivido en carne propia representa una cursilería amorosa, un gesto de aquellos extraños con los que compartieron experiencias breves, y sobre todo, los lazos que formaron en un lugar tan alejado de sus vidas, su cultura y amores.

La Universidad del Pacífico es nicho de este intercambio cultural. Anualmente recibe a un promedio de 100 estudiantes que abandonan sus casas de estudio y familias, con la esperanza de ampliar sus horizontes.

El proceso puede parecer engorroso, pero no lo es. Por el contrario, descubrimos que la llegada al país que te recibe es bastante amigable. Desde antes de que tomes el avión, la coordinadora de relaciones internacionales, Patricia Abrigo, ya se convierte en una especie de madrina. Se encarga de visitar las residencias que podrían gustarte, o las familias que podrían recibirte con las cuales podrías simpatizar.

Lo principal es venir con un seguro médico, porque, seamos sinceros, cualquiera que esté lejos de los ojos de su país, lo toma como unas pequeñas vacaciones, y ¿quién no quiere un poco de locura durante ese período?

Patricia, la llamada “madrina” de los estudiantes de intercambio se encarga de preparar la llegada de los visitantes, pero su misión no se queda detrás de su escritorio, y Damaris Zúñiga, estudiante mexicana, es el mejor ejemplo.

Dama, como le llaman todos quienes la conocen, caminaba por avenida Pedro de Valdivia con Providencia, cuando un vehículo motorizado arremetió con ella con furia. En otras palabras, la atropelló una moto. Resultado: un sin número de exáménes y 16 puntos en la frente. Patricia, coordinadora, acudió a la clínica, y se sorprendió con lo estratoférico de la suma de la cuenta. Como ven, el seguro médico sirve, y mucho.

“Está bien loca la gente de Chile, pero no cambiaría mi estadía aquí por nada. Dejé buenos amigos, y me llevé una cicatriz de diez centímetros que no opaca la experiencia que me entregó Santiago, pero cuando vuelva a mi país, tendré que relajarme un poco, Santiago vive muy rápido”

No teman, casos extremos como éste son pocos. Soila Rabaioli llegó en 2009 proveniente de Jaborá, Brasil para estar dos semestres de intercambio. Actualmente estudia comunicaciones en la Universidad UNOESC.

Una vez en nuestra universidad, Soila tomó ramos de publicidad y periodismo.
“Fue una experiencia fantástica. Imagínate que cuando llegué, no hablaba nada de español. Con el tiempo y luego de escuchar varias clases, empecé a entender de a poco. “Debo decir que mis profesores y alumnos fueron muy pacientes conmigo, aunque cuando hablaba, escuchaba más de una risa”.

Soila arrendó junto a una amiga un departamento en Providencia. Comenta que sus salidas nocturnas fueron restringidas porque no es de su agrado la bohemia. Uno de los recuerdos más positivos que atesora en su memoria es una salida que hizo junto a sus compañeros de publicidad a Algarrobo. “Fue emocionante, quizá no por el lugar en sí, sino que por lo que aprendí de mis compañeros. Además en lo académico me siento con más experiencia que mis compañeros. Aprendí un idioma, me acerqué a una cultura distinta, y obtuve conocimientos de la televisión chilena”.

Alejandra Corvalán, estudiante de periodismo de la Universidad del Pacífico, conoce muy bien el proceso que deben atravesar los alumnos interesados en cursar semestres en el extranjero, ya que ha experimentado ambas caras de la moneda.

El año 2008, tomó sus maletas y decidió irse por un año de intercambio a una universidad de Texas, en Estados Unidos. Experiencia que ella califica como única porque tuvo la posibilidad de conocer otra cultura, y otro idioma, en profundidad.

Y tal fue su amor, por la experiencia vivida, que en la actualidad se desempeña como parte de un nuevo programa impulsado por la universidad, que busca integrar a los extranjeros de intercambio en nuestro país con nuestra cultura, y orientarlos en todo lo que ellos puedan requerir. “Es básicamente, un rol de apadrinamiento. En donde los estudiantes de una determinada carrera tienen a su cargo alumnos del extranjero, pero de la misma carrera. Ahora estoy a cargo de dos extranjeras, Marci Rogers de Estados Unidos, y Elena Gómez de España”, afirma entusiasmada.

Entre sus responsabilidades se encuentra la de ayudarlos con el idioma, recibirlos al llegar a nuestro país, y ayudarlos con las materias. Algo así como anfitriona, guía espiritual y maestra. Frente a la interrogante, de cómo nació la oportunidad de convertirse en una guía de alumnos extranjeros: “Siempre quise hacer un reportaje sobre intercambio y entre conversas, Patricia, la Coordinadora de Intercambio me propuso esta idea de los “Buddies”, que está recién aplicándose este año. Me mandaron los correos para inscribirme, y me inscribí”.

He aquí la evidencia. Sólo se requiere valor. Valor para armar las maletas con lo necesario, entregarse y dejarse querer. Hasta ahora nada ha pasado que no valga la pena, y si no valió la pena, es porque se equivocó de universidad, y no fue a la del Pacífico.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Aquella..

Tengo ganas de decirte que te amo. Tengo ganas de con mi afecto acortar las distancias que nos separan. Tengo ganas de que me digas qué tanto logro hacerte sentir querido.

Me gustaría poder ver lo primero que captura tu mirada cuando despiertas, y lo que tratas de evitar cuando vas a dormir.

Quisiera soñar contigo, y que tú sueñes conmigo. Tengo ganas de con mi afecto acortar las distancias que nos separan.

Tiempo es lo que me sobra, y paciencia es una virtud que las horas han debido regalarme. He tenido que obtenerlas a la fuerza si es el amor tal como dicen, solo el acto de entregarse.


Tengo ganas de decirte que te amo. Tengo ganas de con mi afecto acortar las distancias que nos separan.

He extraviado miles de cosas, nombres, lugares. Se han ido lejos del recuerdo. Me alegro de haberlo hecho. He encontrado tu figura, tu nombre, mi lugar.


He perdido la noción de lo que era antes de ti. He perdido elocuencia como un tipo de nueva experiencia. Todo lo que significas hoy me da más consistencia. 

A veces no soy yo. Hay mañanas en que no sé si he despertado aun. A veces quisiera ser quien tú crees que soy. Son más los días en que quiero ser cualquier cosa menos lo que tú crees que soy.  

Hoy quisiera ser el lugar que te conserva. Ser el sol que te despierta y ser el sueño del que no te acuerdas.