viernes, 24 de agosto de 2007

Zapato Viejo

Zapatos viejos…zapatos que han estado un largo tiempo en nuestro poder y que cuando han cumplido su ciclo vital los echamos al olvido en el rincón más oscuro de nuestra casa. Es lo que hacemos con la mayoría de nuestras pertenencias cuando nos aburren o ya no nos satisfacen como al comienzo. Lo hacemos porque podemos, porque podemos reemplazarlos fácilmente por otros nuevos, sin que esto nos cueste ni las más mínima gota de esfuerzo. Nuestros padres lo hacen por nosotros y muchas veces no valoramos lo que esto significa.
Las personas que nos podemos dar ese lujo en Chile no representamos más del 20%. Somos un veinte por ciento que goza de privilegios egoístas. Desechamos cosas que a muchas familias les hace falta. Lo que para nosotros es una cosa vieja e inútil, para más de la mitad de la población se hace un lujo, a pesar de que sean de segunda mano.
Es abrumadora la diferencia social que hay en Chile y este problema ha existido siempre. Cada realidad se queda en su comuna o población, y los que podemos hacer algo para cambiar esta situación nos quedamos en nuestra burbuja, dándole la espalda a nuestros hermanos que viven en situaciones indignantes y haciendo oídos sordos al sufrimiento ajeno.
Mientras hay familias hacinadas que no tienen con qué taparse cuando las temperaturas llegan a bajar de cero. Los principales agentes capaces de ayudarlos, o sea los gobernantes, se sientan en sus amplios salones de sesiones a discutir sobre sus propios sueldos con sus impecables trajes importados, con sus zapatos bien lustrados y pensando en llegar a sus cómodas casas con calefacción, mientras sus hijos probablemente los esperen para recibir mesada o que los lleven a comprarse unos varios pares de zapatos nuevos. Y los pobres…ni siquiera pueden conseguir un flamante par de zapatos viejos.

No hay comentarios: